Autor: Ramón Merino, de su poemario «Poemas del alma»
He sentido ganas de dormir y no despertar,
liberarme así de un miedo atroz, interminable.
He deseado que mi mundo se apagara de golpe
para acallar preguntas sin respuestas.
He visto como de golpe se escapaba el mañana
quedando tan sólo un presente frío e incierto.
He llorado a escondidas mi desesperanza
incapaz de hallar una razón para seguir luchando.
Me he encontrado de puntillas al borde del abismo,
sintiendo el frío aliento de la bestia en mi nuca.
Hasta que… unas amorosas manos acariciaron mis dudas,
tornando la incertidumbre en serena paz.
Hasta que… el inocente y cálido sonido de unas voces infantiles
removieron las fuerzas que anidan en mi interior.
Hasta que…la dulce melodía del cariño llegó a mis oídos,
despertando energías, espabilando razones.
Ahora… me he mirado al espejo de la verdad con rabia
y le he dicho adiós a las lágrimas desangeladas,
a la tristeza, al desconsuelo, al sin vivir.
Ahora… van quedando atrás los momentos oscuros, sombríos,
y ante mí aparece la ilusión, la tranquilidad.
Ahora…sé que aunque una rama del árbol se ha roto,
con la savia de la voluntad haremos brotar mil más.
Ahora… quiero saborear cada segundo de mi existencia
y dormir, con ese regusto a la vida en el paladar.